La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) – deGerencia.com

La Responsabilidad Social Empresarial (RSE)

La responsabilidad social empresarial se fundamenta en los derechos humanos promulgados en Paris en Dic10/48, los cuales, en lo personal consagran la presunción de inocencia y van en contra de la esclavitud y las torturas. Con relación a la comunidad, autorizan la salida y regreso al país de origen, la propiedad individual y colectiva. Consagran el libre pensamiento, la libertad de consciencia, orientación política, los derechos económicos, sociales y culturales, haciendo gran énfasis en la trasparencia. Además condicionan y limitan su ejercicio para que sean plenamente efectivos y sirven de base para los convenios internacionales (ONU).

Las personas son el núcleo de las organizaciones; el papa Juan Pablo II, definió las empresas como comunidades de personas y Kitimbwa Lukangakye, humanista de EL Congo dice que tanto el empleador como el trabajador primero son personas en busca de crecimiento; se necesitan mutuamente y deben verse como hermanos para interactuar con objetivos comunes conservando cada uno su roll. La ética, etimológicamente hablando es el arte de hacer de las relaciones humanas un medio de crecimiento personal cultivando unas buenas relaciones con uno mismo y con los demás, lo que nos lleva a una conducta sana que nos permite actuar correctamente sin hacer ningún esfuerzo.

En el campo empresarial, la ética es un comportamiento diario con enfoque de largo plazo, cuya mejor expresión es la confianza y su mejor control es ejercido por los compañeros de trabajo. Corresponde a un código, una forma de pensar y una ejecución practica.

Como la personas tienen cualidades individuales que les permiten ser más eficientes en cierto tipo de oficios y a su vez, pueden tener diferentes tipos de necesidades por satisfacer, la empresas requieren ejecutivos con mucho liderazgo para que puedan estructurar equipos de trabajo que logren resultados concretos en términos de generación de valor para atender los distintos grupos de interés que interactúan en ellas, a saber: clientes, trabajadores (con sus familias), socios, gobierno, proveedores y la comunidad en general empezando por los vecinos, integrando lo social y lo económico en la búsqueda de la sostenibilidad. La sabiduría gerencial consiste en equilibrar esos grupos de personas, respetando prioritariamente la naturaleza, conservándola, recordando que nuestro paso por ella es temporal, con la inmensa responsabilidad de mejorarla para respetar el derecho de las siguientes generaciones.

Los grandes problemas del mundo: la concentración de la riqueza y la corrupción, consecuencia de la naturaleza humana y ambición desmedida de unos, crea desequilibrios que afectan enormemente las relaciones obrero-patronales y que repercuten en los países y obviamente, en la humanidad, máxime en un mundo globalizado. En la búsqueda de soluciones se han manifestado distintas doctrinas con enfoques de propiedad privada, de una parte y otros, con énfasis en la propiedad estatal, con grandes fracasos que terminan en toda clase de abusos de quienes tienen las armas y demás mecanismos de opresión. Mientras los unos fabrican armas y sobornan para venderlas, otros, además del beneficio indebido, las utilizan para oprimir seres humanos y se olvidan de sus necesidades básicas como tales, agravando el caos, consecuencia de la falta de empleo digno, el principal medio de crecimiento personal, en la medida que se preste bajo condiciones de buen trato y con un salario justo.

La falta de ocupación, fruto de sociedades poco incluyentes se convierte en generadora de toda clase de violencia, justificada en la necesidad de conseguir dinero para satisfacer necesidades básicas y lo peor, ejercida por personas que no han tenido acceso a la educación, ya que como decía el Libertador Simón Bolívar: “un pueblo ignorante se convierte en un instrumento ciego de su propia destrucción” lo que las convierte en presa fácil para toda clase de abusos, muchas veces bien camuflados por vía de las religiones, los políticos inescrupulosos, los gobernantes y en general por quienes tienen poder, así no sea legítimo. Como resultante, en proporción al nivel de desempleo, se pierde mucha calidad de vida afectando a todas la sociedad, por miedo en algunos casos y otros por el sufrimiento que causa la violencia (secuestros, muertes, atracos, violaciones y otros).

La juventud se convierte “la carne de cañón” para los abusadores, en razón de la necesidad de satisfacer las necesidades propias de su edad y termina siendo víctima, sacrificando su vida, en algunos casos; en otros, yendo a cárceles (universidades del crimen), o cayendo en vicios y sufriendo discriminaciones de la sociedad que la rechaza, perdiendo un recurso potencial que en nido de piedad será paloma y en nido de dolor será serpiente, como decía el maestro Guillermo Valencia. Qué decir de la niñez, cuyo carácter se forma desde el vientre materno hasta los primeros ocho años de vida como tantas veces repitió Don Reynaldo Arroyave Lopera, por medio de la fundación CEPAS,en muchos casos fruto de paternidad irresponsable, con niñas, apenas en etapa de desarrollo físico y mental. Los adultos mayores, después de aportar a su manera lo que las circunstancias les permitieron, sufren toda clase de atropellos empezando por la dificultades para recibir oportunamente y sin “tanto robo” sus pensiones de vejez, además de recibir mal trato y grandes desprecios de la sociedad en general.

Como es tan común, gobernantes que compran votos en su afán de poder a cualquier precio; medios de comunicación que se venden por distintas causas, padres que “consiguen “puestos para hijos sin la debida preparación, fiscales y jueces corruptos, ignorantes que venden su voto, negociantes que consiguen “lo que sea”, dirigentes deportivos que venden sedes, aún a nivel olímpico y de campeonatos mundiales, árbitros que venden resultados y muchas otras fechorías, se generan grandes motores de descomposición social, que atentan contra la calidad de vida, razón de ser de toda la actividad humana y que afectan el grado de felicidad de la sociedad, el más importante indicador de desarrollo a nivel mundial , cuyo cálculo esta en vía de desarrollo y que a la larga se impondrá en el mundo.

Ante la incapacidad de los gobiernos, exceptuando países muy desarrollados, para atender los problemas de ignorancia, pobreza, corrupción, destrucción del medio ambiente y bienestar en general, se requiere pensar en el bien común, con empresarios que devuelvan a la sociedad parte de lo conseguido mediante la implementación de la RSE.

Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas, en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza de 1999 definió la RSE como una nueva visión de la implicación y trascendencia de la labor de la empresa en el mundo globalizado en el que vivimos y tomó forma definitiva en el año 2000 en Nueva York.

La constante seguirá siendo la búsqueda de la generación de valor mediante la aplicación de la tecnología que nos permite incrementar más aún la productividad de la mano de obra, meta del siglo pasado, con la productividad del equipo ejecutivo para hacer una sinergia que permita conseguir altos niveles de eficiencia que se concretan en productos y servicios al alcance de muchos con una calidad que se considera como un derecho del consumidor, incluyendo los servicios de asesoría para la compra y los correspondientes de postventa, para involucrar a la sociedad grandes masas que hoy están excluidas. Por eso se necesitan grandes líderes, caracterizados por su capacidad de servicio y verdaderos apóstoles del desarrollo para gerenciar las empresas que se quieran adaptar a un mundo y unos mercados cambiantes. Para ello es fundamental seleccionar y retener el talento humano apropiado para su misión, comprometido con la visión y respetuoso de los valores; debe recibir confianza, ser comprendido, escuchado e involucrado en el equipo interdisciplinario responsable de preparar la mejor oferta a sus clientes, posicionando la marca como un activo intangible de gran valor.

La selección, entrenamiento y retención de ese equipo humano implica grandes inversiones de capital que para efectos tributarios tratamos como costos y gastos, que afectan la rentabilidad en el corto plazo, pero para efectos de valoración de la empresa constituyen inversiones capitalizables que hacen parte de un intangible llamado el capital intelectual cuyo beneficio se obtiene en el largo plazo, el mismo que explica, en gran parte, la diferencia entre el precio de mercado de una acción y a su valor intrínseco.

Para preparar un plan estratégico se plantean tres preguntas básicas: 1) ¿Dónde estamos? 2) ¿A dónde queremos llegar? 3) ¿Cómo lo vamos a hacer?

Las respuestas tienen que ser muy claras, fruto de mucho análisis objetivo, que sirvan de base sólida para poder hacer un buen diagnóstico que permita tomar las decisiones acertadas al definir las estrategias a seguir para cumplir la misión y buscar la visión, respetando los valores corporativos.

La primera pregunta no se responde fácil; se requiere información amplia, clara y suficiente (mínimo siete años para poder hablar de tendencia estadística) con base en los estados financieros básicos con sus notas complementarias: estado de resultados, balance general, estado de cambios en el patrimonio, estado de fuentes y usos de fondos, complementados con una información muy reservada por razones obvias, el flujo de efectivo, la más importante herramienta de gestión financiera. Recordemos que los estados financieros de tipo legal corresponden al pasado y equivalen a una fotografía al cierre del ejercicio, para la cual la empresa se puede preparar. Lo importante es el buen uso que se dé a esta información en la medida que sirva para hacer proyecciones con buena probabilidad de ocurrencia que permitan hacer simulaciones que faciliten la toma de decisiones. Aplicando correctamente la información estadística, podemos calcular indicadores de correlación que nos indiquen que variables pueden proyectarse para que sirvan como soporte de planeación utilizando el modelo holístico de análisis financiero diseñado por josavere.

Para colocar los pies en la tierra, debemos tener claro que la capacidad de pedir es, por naturaleza humana ilimitada, mientras el potencial de dar tiene límites, dependiendo de la empresa en particular. Además, su grupo ejecutivo tiene como máxima responsabilidad, preservar la empresa por encima de todo (amar al prójimo, como a ti mismo) por lo que debemos, ocuparnos de la RSE, integrándola a la estrategia corporativa, resultante de un juicioso análisis de un grupo interdisciplinario utilizando la matriz DOFA que analiza la fortalezas y debilidades ( internas); las oportunidades y amenazas ( externas) confirmándolas con los indicadores del Tablero de Comando, para buscar la combinación óptima de las tres disciplinas de generación de valor: excelencia operativa, intimar con el cliente e innovación en productos, complementándola con la proyección del flujo de efectivo, en lenguaje coloquial, la capacidad de producir dinero después de incorporar los erogaciones que implica el cumplimiento de los compromisos de RSE y con el cálculo de del EVACp como medida proyectada de generación de valor.

Jose Saul Velasquez Restrepo

Más de 40 años de experiencia como ejecutivo en empresas de diversos sectores y variados frentes. Más de 30 años de docencia en la Universidad del Rosario, Universidad Central y Universidad La Salle (en Bogotá), y Universidad de Antioquía, Universidad de Medellín y EAFIT (en Medellín). Ha dictado diversos cursos...

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Un comentario sobre “La Responsabilidad Social Empresarial (RSE)

  • el marzo 8, 2018 a las 5:56 pm
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    Excelente. Tuve oportunidad de tomar un curso del Banco Interamericano y el tema me parece emocionante. Me encantaría que pusieramos concretar una asesoria voluntaria a la Universidad del Minuto de Dios de Bello.

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