«El único límite para la Inteligencia Artificial es la imaginación» – deGerencia.com
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«El único límite para la Inteligencia Artificial es la imaginación»

Entre el universo de posibilidades en muy diversos campos que abre el desarrollo de la Inteligencia Artificial, era solo cuestión de tiempo que esta tecnología acabara desembarcando en la telefonía móvil. El gigante chino Huawei ha sido una de las primeras compañías en mover ficha con el lanzamiento de Mate 10, un smartphone que incorpora Inteligencia Artificial en su procesador. «Es capaz de tomar sus propias decisiones para ofrecer la mejor experiencia a los consumidores. Un buen ejemplo es la cámara, que reconoce lo que tiene delante y ajusta sus parámetros automáticamente para conseguir la mejor imagen», explica Walter Ji, presidente de Huawei Consumer Business Group en Europa Occidental

—¿Cree usted realmente que los consumidores entienden lo que es la Inteligencia Artificial?

—Es posible que no, pero lo que sí entienden son los resultados. Y se dan cuenta de que, cuanto más lo usan, mayor es la eficiencia de su teléfono. Ven que la cámara «entiende» lo que tiene delante y que con ella pueden obtener fotos excepcionales. Y que la batería dura mucho más que la de cualquier rival en el mercado. Todas esas mejoras son posibles gracias a la aplicación de la Inteligencia Artificial. Y eso, los usuarios sí que lo saben. El mercado español lo ha entendido muy bien, y por ello es uno de los más importantes para Huawei.

—Como usted ha dicho, para los consumidores lo más importante son los resultados, y éstos se consiguen con aplicaciones. ¿Cuántas aplicaciones existen ya que sean capaces de aprovechar la Inteligencia Artificial? ¿Y qué aplicaciones inteligentes podremos ver en el futuro?

—Esa es una de las cuestiones más importantes para nosotros y a ello estamos dedicando grandes inversiones. Precisamente, hace tres meses, en Madrid, celebramos unas jornadas para fomentar la creación de un «ecosistema inteligente». Y llegamos a varias conclusiones. La primera, que ese ecosistema debe ser abierto, de forma que cualquiera pueda aprovechar y utilizar las aplicaciones de los desarrolladores.

—¿Están ustedes fomentando una comunidad específica de desarrolladores que cree aplicaciones para la Inteligencia Artificial?

—Sí, estamos trabajando en eso. Y ponemos a su disposición nuestras plataformas de desarrollo, que son abiertas.

«Es cierto que las máquinas pueden aprender más rápido que nosotros, pero eso no es un peligro»

—¿Cuándo veremos los primeros resultados?

—Ya hay resultados, y a medida que surjan nuevas apps, habrá más. Por ejemplo, hemos desarrollado junto a Microsoft un traductor que va mucho más allá de cualquiera de los que existen hoy en día. Y esa app viene precargada en el móvil. De la misma forma, trabajamos con otras grandes compañías en los campos más diversos. Es un proceso que está en marcha, que crece día a día y que se traduce en un número cada vez mayor de aplicaciones concretas que se basan en el uso de la Inteligencia Artificial. La cámara del Mate 10, por ejemplo, es capaz de distinguir muchos de los objetos que tiene delante. Si enfocamos un vaso, un perro, un rostro… la cámara lo reconoce, muestra un icono en pantalla que representa al objeto y se configura sola para fotografiarlo.

—¿Cómo se consigue eso?

—Hemos alimentado al procesador con más de 100 millones de imágenes, de forma que, cuando la cámara enfoca un objeto, compara lo que tiene delante con esa «experiencia previa» y decide cuál es la mejor combinación de parámetros para obtener la mejor fotografía. El procesador, gracias a los sensores del teléfono, es capaz de aprender, de recopilar datos de su entorno, de valorarlos y de decidir una estrategia de acción. Es algo revolucionario, y lo mismo que hace nuestro cerebro en cada momento del día.

—¿Y en cuanto al rendimiento?

—Ningún usuario utiliza su móvil de la misma forma. Algunos ven muchos vídeos, otros juegan, otros solo utilizan las redes sociales o el correo, o se dedican a hacer miles de fotos… El teléfono aprende de los hábitos de uso de cada uno y se autoconfigura para conseguir el máximo rendimiento, o la máxima duración posible de la batería. A medida que haya nuevas aplicaciones, la Inteligencia Artificial se usará muy pronto para muchas otras cosas.

—¿Cómo por ejemplo?

—Para reconocer cualquier objeto y mostrarle al usuario dónde puede comprarlo y a qué precio; para la salud, utilizando los sensores del móvil para recabar datos de temperatura, expresión facial, pupilas, sudoración, etc…

—Hay quien piensa que las máquinas inteligentes pueden traer nuevos peligros para nosotros…

—¿Qué peligros? Es cierto que las máquinas pueden ser mucho más rápidas que nosotros, pero no creemos que eso suponga ningún peligro. Al contrario, nos ayudarán en muchas de nuestras tareas y nos harán la vida más sencilla.

—Por ahora, están usando la Inteligencia Artificial en dos campos concretos, la fotografía y el propio rendimiento del terminal… ¿Cuál será el siguiente paso?

—Serán varios. Salud, viajes y juegos serán, seguramente, los primeros en llegar. Y luego depende de las ideas de los desarrolladores para aplicar la AI a problemas concretos, con aplicaciones concretas. El único límite es la imaginación.

Un teléfono que aprende sobre la marcha
Una de las grandes ventajas que Walter Ji destaca del sistema de AI de Huawei es que «toda la información está dentro del móvil, que la procesa de forma inteligente, y no necesita transmitirla a un servidor lejano». Es decir, es el propio teléfono el que va aprendiendo nuevas cosas sobre el usuario y «las procesa para obtener siempre el mejor resultado. Por ejemplo, al abrir cualquier aplicación, el móvil sabrá qué estoy usando y se ajustará para que esa app que acabo de abrir funcione lo más rápido y posible».



  • Ver original en Diario ABC
  • Publicado el lunes diciembre 18, 2017


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